A partir de la apertura de los vuelos entre Colombia y Bogotá, y como consecuencia de la imposibilidad de Conviasa de operar la ruta Caracas-Bogotá por las sanciones impuestas por la OFAC estadounidense, la autoridad aeronáutica colombiana autorizó a Turpial Airlines a operar la conexión a partir del 26 de septiembre.
La compañía quedó autorizada para transportar pasajeros, carga, paquetería y correo. La confirmación de esta autorización la corroboró en sus redes sociales el embajador colombiano en Caracas, Armando Benedetti.
Esta apertura de rutas se da en el marco del acercamiento diplomático entre los gobiernos de Nicolás Maduro y Gustavo Petro.
Inicialmente se había asegurado que la línea de bandera venezolana Conviasa podría realizar las operaciones, pero dadas las sanciones internacionales que pesan sobre funcionarios y empresas vinculados al régimen de Maduro no pueden garantizarse los servicios de asistencia en Bogotá y soporte a la operación sin arriesgarse a penalidades y multas.
De acuerdo con datos obtenidos por Aviacionline a través de las Estadísticas de Aerocivil, en 2019 se movilizaron 160.237 pasajeros entre Caracas (CCS) y Bogotá (BOG). La capital colombiana es uno de los principales destinos internacionales en Venezuela, solo por detrás de Panamá y Madrid.
Turpial Airlines crece bajo las alas del poder
Turpial Airlines opera una flota de 3 Boeing 737-400 y tiene su base operativa y comercial establecida en el Aeropuerto Internacional Arturo Michelena, en la ciudad de Valencia.
La historia de esta línea la detalla de la siguiente manera el portal armandoinfo.com:
Mientras el negocio de las aerolíneas caía en Venezuela, el coronel retirado de la Aviación Pedro Cestari Navarro, amigo del poderoso y también militar Giuseppe Yoffreda, fundó una línea aérea propia con vuelos nacionales e internacionales que no ha parado de crecer desde 2014. El apoderado de la filial panameña es también un militar, el general retirado Noel Santiago López Capriata. Con la compañía, el turpial pasó de ser el ave tradicional venezolana, al símbolo del vuelo de las elites castrenses en la economía del país caribeño.
Fue el coronel retirado de la Aviación Pedro del Valle Cestari Navarro y su hijo Pedro José Cestari Carmona quienes fundaron Turpial Airlines con un presupuesto de 5 millones de bolívares –794 mil dólares, calculados en la tasa oficial de entonces– para operar en el territorio nacional.
El negocio, contra cualquier pronóstico y en pleno auge de la crisis financiera del país, se expandió. En 2017, la aerolínea registró una filial en Panamá con un capital de 10 mil dólares y su apoderado es otro militar, el general retirado Noel Santiago López Capriata.
Actualmente la aerolínea cuenta con una flota de tres aviones Boeing 737-400 con capacidad para 158 pasajeros cada uno. En un asfixiante mercado, donde las ganancias son inciertas por la devaluación del bolívar y marcado por una estricta regulación de las tarifas por parte de las autoridades aeronáuticas, despuntó Turpial Airlines entre otras once aerolíneas nacionales. Toda una hazaña si se toma en cuenta que la suerte de la aerolínea no la manejan empresarios comunes.
Cestari Navarro fue gerente general de Transporte Aéreo del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) hace 13 años. Ahí llegó de la mano del mayor general Giuseppe Yoffreda Yorio, entonces presidente de ese ente y luego ministro de Transporte Acuático y Aéreo (2014-2016). Antes, en la década del ochenta, ambos militares ya habían consolidado su amistad como compañeros de formación en la Aviación.
La cercanía con el poder pudo influir en el ascenso de Turpial Airlines. En 2016, la aerolínea, que ya contaba con tres aviones (valorados entre 5 y 35 millones de dólares, dependiendo de la condición), había obtenido en pocos meses los permisos necesarios para despegar de las pistas del país. “Normalmente, a una empresa eso le puede durar de dos a tres años”, explica una fuente vinculada a la aeronáutica. Se trata de un trámite espinoso que, entre otras exigencias, requiere de la aprobación de manuales y la certificación de operador aéreo.
“Gracias a este tipo de aeronaves se podrá cumplir con nuestro propósito, trasladar a un número significativo de personas desde el centro del país al oriente y occidente, y acercar a los venezolanos a países hermanos”, celebro Cestari Navarro, de acuerdo a una nota de prensa de la compañia.
Sorteadas las diligencias, Turpial inició operaciones con viajes desde las ciudades venezolanas de Valencia hasta Maracaibo, Porlamar y Panamá, en abril de 2017. Cestari, en la inauguración de su empresa en el aeropuerto panameño de Tocumen, reconoció la disminución de las actividades de las aerolíneas en el país sudamericano.
Para su empresa no ha habido muros de contención. Las relaciones con figuras del chavismo siguen vigentes. Su hermano menor, el general William Eduardo Cestari Navarro, también pertenece al alto mando de la Aviación de la Fuerza Armada; mientras que Yoffreda, actual director de la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex), empresa que centraliza las importaciones públicas, ahora es uno de los hombres con mayor relevancia en el Gobierno.
Fuentes: Somos Tu Voiz -J. R. Bertorelli