Semblanzas: «Margarita Altuve»

Por: Rafael Augusto López R.​

Desde tiempos inmemoriales, la mujer al contraer matrimonio perdía su apellido y asumía como propio el del esposo después de la preposición de. Es decir, el apellido original desaparecía y se iniciaba la formación de una nueva familia. Pero en la historia que hoy les entrego, es sorprendente, porque no solo se trata de una dama que perdió su apellido, sino que para colmo de males también sus dos nombres. Sencillamente quiero resaltar la trayectoria, el historial, la vida de una gran mujer que le ha prestado grandes servicios a toda la comunidad de Ejido, capital del Municipio Campo Elías del estado Mérida. Tengo que referirme a alguien que legalmente no existe, pero que todos conocemos, apreciamos y agradecemos su entrega por este pueblo, por su familia y por sus amistades. Esta dama merecedora de que se escriba una novela o tal vez un corto metraje, porque su historia no es para menos, nació en Ejido el 02 de enero de 1934, es decir que está próxima a cumplir 90 años. Estudió primero, segundo y tercer grado en la escuela federal mixta 1227 de 1941 a 1943. Cursó cuarto, quinto y sexto grado en el Grupo Escolar Campo Elías (solo hembras) de 1944 a 1946. En el año escolar 1949-1950 aprueba el primer año de educación normal en el colegio Inmaculada Concepción. No continua sus estudios y contrae nupcias con Luis Altuve, un excelente carnicero y comerciante de otros rubros con quien procrea 13 hijos: Soraida Virginia, Ana Victoria, Cruz Marina, y Noemí Margarita, José Luis, Severo de Jesús, Aníbal, William, Edecio, Neptalí, Ramón, Henry Orlando, Nelson Moisés, y Winston Tomás, todos Altuve Manrique. En 1949 se desempeña como escribiente del Concejo Municipal del Distrito Campo Elías, por el lapso de año y medio. Desde 1951 hasta 1953 ejerce el cargo de secretaria de la prefectura el municipio Montalbán (hoy parroquia Montalbán). Asume la secretaria del Concejo Municipal del Distrito Campo Elías desde 1959 hasta 1974. En 1961, fue encargada de la administración del Concejo Municipal del Distrito Campo Elías por un breve lapso. Desde 1979 hasta 1984, ocupó el cargo de Prefecta del Distrito Campo Elías. Ha recibido diversas condecoraciones y distinciones. Desde muy joven Margarita ha sido gran devota de la Virgen del Carmen y de San Buena Ventura, los patronos del pueblo. Siente gran placer asistiendo a los oficios religiosos; pero, uno de sus rasgos más relevantes es su presencia en los velorios, si en Ejido había un velorio, usted podía apostar y seguro acertaba que allí estaba o había estado Margarita Altuve, no solo porque le encanta contar chistas de lo cual disfruta al máximo, sino que es una rezandera como no hay otra, por su dicción, su entonación, su libreto, sus ocurrencias y por el entusiasmo que contagia para que le acompañen en el rezo. Por cierto, que, encontrándose en San Cristóbal, hubo de asistir al velorio de Don Ramón Rosales, oriundo de Bailadores. La sala velatoria tenía contratado a un señor que rezaba el rosario, pero lo que provocaba eran bostezos. Cuando el contratado fue a descansar, Margarita comenzó a rezar y de inmediato todos los presentes se unieron a la ceremonia, incluido quien se había parado a descansar que había quedado sorprendido de la forma magistral como Margarita rezaba; a tal punto que le preguntó que cuánto cobraba ella por rezo respondiéndole que nada, entonces le dijo y de donde es Ud. De Mérida respondió Margarita. El personaje le informó que en el Táchira la funeraria le pagaba a quienes rezaban, le propuso que por favor le escribiera una especie de manual con todo lo que ella desarrollaba en el rosario, principalmente las letanías que eran impresionantes y que él le pagaba. Al día siguiente asistieron al sepelio y al salir de la Basílica de la Consolación en vía al cementerio de Táriba, el sacerdote era quien rezaba y Margarita le respondía, como a la segunda cuadra el padre le solicitó que siguiera rezando ella y así lo hizo hasta llegar al campo santo. A su regreso a Ejido Margarita puso a Aníbal a escribir el Manual y una vez terminado lo enviaron a San Cristóbal y el paisano hizo el pago convenido. Así nació el Manual del rezandero de Margarita Altuve. Cuando Margarita fue designada prefecta un amigo acudió con su esposa a felicitarla y expresarle sus mejores deseos en el desempeño del cargo; y le pregunto que, si no le habían asignado un revolver 38, Margarita le dijo que sí y el curioso e impertinente amigo repreguntó y le cabe en la cartera y la prefecta le dijo que sí y de nuevo la curiosidad, y por qué no lo carga, dijo Margarita porque no sé tirar, a lo que la esposa del tipo que también era intrépida comentó jocosamente: ¡y eso que tiene 13 hijos!. Al poco tiempo de asumir Margarita la prefectura produjo un decreto que perseguía mantener el orden en el pueblo y ayudar a los más pobres. De tal manera que se hizo conocer a toda la ciudadanía que aquellos animales realengos que fueran encontrados en la vía pública serían detenidos y sus dueños deberían pagar una multa antes de 3 días, transcurrido ese término los animales serán beneficiados y distribuidos en los sectores más populares. A los dos días de haber entrado en vigencia la medida, su esposo Luis Altuve que tenía unos animales en un terreno alquilado en uno de los potreros de lo que hoy es la urbanización Don Luis, se salieron del mismo y la policía los detuvo. Luis Altuve quiso chapear diciéndole a los oficiales que él era el esposo de la prefecta, cuando el comandante de la policía le da la novedad a Margarita esta le dice: infórmele al dueño de las reses que mañana vence el plazo para que cancele la multa, de lo contrario los vamos a sacrificar. De esa manera la prefecta dio el ejemplo y aprovechó de vengarse de su costilla pues ya las cosas no estaban muy bien. Hace varios años. Margarita tenia uno de sus hijos que tenía 19 años y no quería estudiar pero parrandeaba todos los días, cuando llegó la época de la recluta le ordenó al comandante de la policía que reclutaran al chamo, así lo hicieron y lo seleccionaron para servir en la guardia de honor siendo presidente Luis Herrera Campins, el día que lo juramentaron Margarita fue al palacio blanco y se tomó una foto con el hijo uniformado; cuando llegaba la época de la recluta colocaba esa foto en el escritorio y se presentó una señora llorando para que le entregaran su hijo y no lo reclutaran, Margarita le mostró la foto y le dijo yo soy la primera autoridad del distrito y mi hijo está pagando el servicio militar, la señora le ripostó, pero Margarita uno menos en su manada Usted no se da cuenta, pero yo tengo un solo hijo, se salvó el chamo. Hace varios años Margarita viajó a Canadá a visitar a su hijo José Luis y sufrió una caída y se fracturó un brazo, aprovecharon Carlos Páez y Ramón Días Suárez, periodistas de frontera para publicar en la sección chimó con sal, que Margarita Altuve no se había caído en ningún hueco de los tantos que había en Ejido, pero viajó a Canadá donde no hay huecos y se fracturó un brazo. En Ejido, desde hace bastante tiempo se dice que el velorio de Margarita Altuve será el más concurrido porque ha cumplido con todas las familias y efectivamente, solo que esté muy enferma no se hace presente en el velorio, en el sepelio o en la visita al enfermo de turno.
Ahora tengo que decirles que Margarita Altuve, legalmente no existe, solo existe en el imaginario de cada uno de nosotros, legalmente quien existe es Elva Marina Manrique, de tal manera que, no sé si Luis Altuve se casó con Margarita Manrique o con Elva Marina Manrique, pero por otra parte Margarita Altuve no tiene ningún hijo, pues quien los parió fue Elva Marina Manrique y ¿que causó todo este enredo?
La abuela de Margarita, se llamaba Margarita y quería que así se llamara su nieta; pero, el papá de Margarita que era Luis Calderón (conocido como Luis pajarito) que estaba casado con una tía de mi mamá de nombre Emérita y de cuya unión nacieron Luis Arturo, Ali, Margot y Marcolina Calderón Pino. Luis pajarito nunca llamó a su hija Margot sino Margarita y como se le parecía tanto a su otra hija la comenzó a llamar Margarita; pero, cuando Domingo Calderón asentó en la prefectura a la niña lo hizo con el nombre de Elva Marina Manrique. Sin embargo, ya todo el mundo la llamaba Margarita y su apellido era Manrique. Luego de su matrimonio con Luis, desaparece el Manrique y se convierte desde ese momento en Margarita Altuve, hasta el sol de hoy. Y el colofón de esta semblanza es que quien le entrega la prefectura del Distrito Campo Elías, fue otra gran mujer que tampoco existía legalmente, porque todo el mundo la conocía como Nelly de Sulbarán y su nombre era Juana de Sulbarán. Margarita o Elva Marina, no importa el nombre, pero yo, que desde muchacho conozco tu recto proceder como mujer, esposa, ciudadana intachable, servidora pública con una honestidad reluciente, pero sobre todo siendo una luchadora incansable para que tus 13 hijos, como dijiste alguna vez que te preguntaron ¿todos vivos? Y respondiste unos vivos y otros pendejos, pero todos comen. Y Ciertamente fuiste una guerrera para que salieran adelante casi siempre tu sola. Me complace mucho contarme entre sus amigos.