Por qué no fue Presidente.

Por: Hector Alonso López

No soy dado hacer comparaciones. Cada quien es cada quien. Los hechos políticos se pueden parecer pero nunca son iguales. Alguien decía que la politica la inventó el diablo. En política nadie sabe para donde va hasta que no llega.
La política venezolana nos brinda muchas experiencias y aprendizajes pero todo cambia con las épocas vividas.
Me correspondió una etapa interesante cuando Hugo Chávez fue de nuevo candidato a la Presidencia desde el poder. Vivíamos con la incertidumbre de como enfrentar al caudillo militar que descubría el poder y sometía a la sociedad con sueños no despreciables. Con arcas repletas de dinero sin control llegaba el gobierno a su reto electoral. El momento nos obligaba a cavilar sobre que hacer para derrotar a una potencia electoral y económica. Comenzaban los murmullos, especulaciones y análisis de la eventual carrera electoral. No dude en pensar que ese momento debería ser para Manuel Rosales. De él, no tenía autorización para hacerlo público pues nunca habíamos conversado del tema. Pero si, teníamos la necesidad de saber que pensaban sobre el tema electoral mis amigos y les propuse convocar una reunión nacional en un lugar equidistante del entre San Felipe y Barquisimeto. No me resultaba fácil hacer la convocatoria pero el rum rum comenzó a tener efectos. La convocatoria comenzó en diciembre del 2005, estando yo de vacacíones en casa de mis padres en Merida. El rum rum le llegó a Manuel Rosales y este me llamó para invitarme a conversar. Me envió el avión de la gobernación para llevarme a Maracaibo acompañado de dos testigos de excepción, mis compadres Julio Urribarri y Angel Sánchez. Una nuy grata reunión comenzó con la pregunta a boca de jarro de Manuel Rosales : mira gocho? , cuál es el embrollo en el cual andas metido? Convencido de lo que hacía le conté la verdad de lo que estaba pensando. Siempre lo hago y lo haré. Creo que tú debes ser el candidato a la Presidencia. Eres el único competitivo contra Chávez. Me interrumpió preguntándome que molleja a Chávez no le gana nadie, como advirtiendome del escabroso escenario electoral que teníamos al frente. Chávez en todas las encuestas le ganaba a cualquier candidato de la oposición, por lo menos, por 20 puntos. Yo le dije: eso es cierto pero no estoy pensando en ofrecerle la presidencia sino la candidatura. Tú eres el único que puedes lograr que la oposición no se desmorone. Hay dos razones fundamentales. Yo viajo de vez en cuando por el país y con mucha frecuencia converso telefónicamente o personalmente con mis muchos amigos que me dicen que ellos en sus pueblos sueñan poder ser como el Zulia pues tu muy positiva gestión les llegaba como estimulantes auspiciosos, eran como una brisa fresca que les llegaba de la gestión de la Manuel Rosales. También le acoté: si compites serás el candidato de todos los adecos. Serás el candidato adeco de estas elecciones. Ni Manuel ni yo ya estábamos en AD por razones distintas, pero era un argumento de mucho peso porque no podía ignorar la realidad A pesar de todo y no decirme que contundentemente que si, yo intuía que esa sería su decisión. Hasta llegué a tener la sospecha por el solo hecho de ver en su escritorio un libro muy actual del momento cuyo título era «El efecto Zapatero» estaba seguro que el reto y su magnitud, lo tenía claro . Culminamos la reunión compartiendo un almuerzo y ordenó a mis compadres me acompañarán de vuelta a Mérida. La reunión del «embrollo» se realizó el 4 de febrero del 2006 con una masiva presencia provenientes de todo el país en un lugar llamado ensenada finca de un recordado amigo que ya no está. La mayoría de los presentes manifestaron su inclinación por la candidatura de Manuel que estuvo auspiciada en esa reunión con mucho entusiasmo por dos amigos y compadres entrañables zulianos Hernan Alemán y Ney Enrique Ávila que la pandemia se los llevó Además adornada con la presencia honrosa de una heroína de la democracia doña Dori Parra de Orellana.
A los días ya habían definiciones de los aspirantes a la candidatura presidencial de la oposición. Ellos Teodoro Petkoff, Julio Borges y Manuel Rosales. Acordaron someterse a los resultados de una encuesta con una empresa acordada entre los tres. Conocidos los resultados favorecieron a Manuel Rosales. Manuel Rosales consciente de una abrumadora realidad nacional tenía además la desventaja de no ser conocido y jamás haber hecho política recorriendo Venezuela más allá del Zulia. Manuel Rosales se entregó con mucho valor y coraje a salvar a la oposición de un proceso de disolución progresiva por la crisis de los partidos. Manuel Rosales se percato que dentro de sus debilidades podía estar que no fuera líder de un partido nacional. Eso lo llevó a que todos los que los ayudamos realizáramos jornadas muy exitosas de recolección de firmas en todo el país a los fines de que su partido regional se convirtiera en partido nacional. Eso lo haría estar más seguro en rol de candidato a la Presidencia. En quince días ya se habían recogido las firmas exigidas por la ley.
Manuel Rosales comenzó débil en la campaña por razones obvias. Aún tengo en mis archivos los documentos de la época que reflejaban como en el inicio de la campaña las encuestas marcaban para Manuel 7%. Al final Chávez «el imbatible» terminó con casi el 60 % y Manue remontó bordeando el 40%.
Han transcurrido 17 años. Ahora tenemos un país desbaratado. Destruido. Jadeando. Miserable. Triste Deseperanzado.Azotado por la corrupción.
Ahora un nuevo proceso electoral pero con realidades distintas. Es curioso tengamos al Presidente más impopular de nuestra historia contemporánea donde ya no está el moustro que nos llevaba mínimo 20 puntos sino la paradoja que el candidato del gobierno ahora no llega ni a los 20 puntos . Tengo la percepción que me asusta que a diferencia del pasado estamos más desunidos como nunca. A mayor desencanto con el gobierno más complicado pareciera encontrar la oposición su camino para hacer posible recuperar la libertad y la democracia como insustituibles y vitales prioridades de la nación. Pero me aferro a la convicción de que los pueblos no se dividen por abajo sino por arriba. Pareciera que todos mayoritariamente queremos un cambio pero hay quienes pareciera no quisieran cambiar. Me hace recordar lo que algún día comunique a mis propios compañeros cuando los advertí ¡O cambiamos o nos cambian!.
Las candidaturas Presidenciales son el producto de las circunstancias históricas y políticas de cada momento en que se escogen. No pueden ser antojos.
A lo mejor la gran pregunta es porqué Manuel Rosales no compitió a ser candidato y por lo tanto se alejó la posibilidad de ser Presidente. El rival de ahora, ya no es Chávez el invencible. A lo mejor lo sabré algún día.
Héctor Alonso López
Caracas 2 de septiembre