Jorge Luis Sulbarán Algara. CNP: 23957
El inicio del segundo lapso académico del año escolar 2022-2023, programado para el día 9 de enero, se vio empañado por protestas de maestros, personal administrativo y obrero de las instituciones del estado Mérida.
A los reclamos que en principio se dieron de manera espontánea, sobrepasando incluso a los mismos gremios, se sumaron los trabajadores de los diferentes entes públicos, la Universidad de Los Andes y la gobernación, entre muchos otros que a lo largo de más de cinco meses se mantienen en protesta permanente en el estado.
Diversas son las razones que han motivado estas protestas que de acuerdo a las investigaciones hechas se convierten en una de las más largas que se ha registrado en la historia laboral y del magisterio en Mérida y el país.

A ellas se han sumado destacados dirigentes sindicales como Yaquelino Vergara, miembro del Sindicato de los Trabajadores de la Enseñanza del estado Mérida (Sintraenseñanza), quien aseguró ha sido la indolencia por parte del Ejecutivo nacional, la gran motivación de las acciones de calle.

“Seguimos en la calle por la falta de respuesta que el Gobierno nacional ha mantenido en torno a las reivindicaciones, que han sido violadas desde el mismo momento en que se firmó la última Contratación Colectiva Única y Unitaria del magisterio venezolano, por la restitución de las cláusulas económicas de esta contratación colectiva que fueron reducidas a la mitad del valor acordado y firmada entre las partes, por un aumento salarial digno para los trabajadores educativos por la defensa de la profesionalización del docente merideño”, argumentó Vergara quien precisó que no dejarán la calle hasta que el patrono se siente con los educadores a discutir la nueva contratación colectiva.

Pedro Maldonado, docente jubilado, quien por más 28 años sirvió al Estado, dejando prácticamente la mitad de su vida al servicio de las diferentes generaciones de estudiantes que pasaron por sus aulas, manifestó que se mantiene activo en exigencia de respeto hacia la profesión. “Estoy activo en la protesta que llevamos hace más de 5 meses, exigiendo respeto a nuestra profesión, que nos paguen las deudas, y exigiendo el nuevo contrato colectivo con un salario digno y justo”.
Maldonado comentó que muchos le preguntan por qué asiste a estas protestas y su respuesta firme y contundente ha sido: “lo hago por los docentes jóvenes”.
Recordó que en su época los educadores contaban con créditos del Ipasme, créditos hipotecarios, y lo más importante, se podía ahorrar. “Con eso yo pude comprar mi casa, hoy en día los educadores nuevos no tienen donde vivir, la mayoría viven con sus suegros o con sus padres, y si observamos para mantener la salud tampoco contamos con un sistema que nos ampare, no hay protección social para el docente en ninguna de las modalidades”.

Nos han robado los sueldos
Marino Gómez, licenciado en Educación mención Biología, ejerció la docencia durante de 27 años y culminó su carrera con el mayor escalafón, fue designado director en la población de El Molino, municipio Arzobispo Chacón, y del Liceo Márquez Barilla de Lagunillas (Sucre), dijo sentirse desanimado porque les han “robado los sueldos”.
“Es impresionante, uno no haya como explicarle a la gente que nos han robado los sueldos, que en la actualidad los sueldos no alcanzan, y eso es lo que nos están devolviendo después de tantos años de lucha y de trabajo en la educación del estado (…) hoy día apenas ganamos 551 bolívares mensuales, menos de 20 dólares. Nos robaron el sueño de ser docentes jubilados”.
Marino Gómez está convencido que esta “es una lucha de todos los docentes, de toda la sociedad”.
Sin solución
El Estado venezolano es el responsable, de acuerdo con lo establecido en la Constitución, de regir el sistema educativo, así como garantizar sueldos y salarios justos para los trabajadores, pero sus máximos representantes insisten en que no cuentan con los recursos económicos para cumplir con sus reivindicaciones salariales por el bloqueo, tesis que se desmorona ante la trama de corrupción que el mismo Estado ha dejado al descubierto en los últimos meses con el problema de PDVSA, la principal fuente de ingresos del Estado venezolano.
La crisis se acentúa y la luz al final del túnel no se ve. Así lo manifiesta Maydolys Villegas, secretaria de Organización de la Asociación de Empleados de la Universidad de Los Andes, una de las instituciones baluartes del sistema universitario venezolano. “Nos encontramos en la calle en todos los estados del país porque los venezolanos estamos pasando por una crisis, porque el Estado se encargó de pulverizar el salario del trabajador, pasaron por encima de los artículos 89 y 91 de la Constitución el pasado primero de mayo, cuando el Ejecutivo nacional no decretó aumento del salario sino que bonificó los ingresos de los trabajadores, lo que no garantiza una cuantificación del salario en lo que respecta a las prestaciones, ni mucho menos en los cálculos de vacaciones y reivindicaciones navideñas como lo estipula la ley”.

La educación se resiste a morir
El presbítero Luis Ugalde, teólogo e historiador jesuita nacido en España, exrector de la Universidad Católica Andrés Bello y Premio Nacional de Periodismo, en su reciente visita a la ciudad de Mérida fijó posición sobre la crisis que vive el sistema educativo en el país.
Para el padre Ugalde, desde la Venezuela moderna, a partir del año 1936 después de la muerte de Juan Vicente Gómez, la educación fue en ascenso de manera notable. Pero en la actualidad, el panorama es otro. Aun cuando uno puede ser crítico y ver limitaciones, creo que estamos en el momento más oscuro y deprimente del sistema educativo en Venezuela, sin educadores no puede haber educación y si tenemos educadores que ganan menos de 20 o 10 dolares, pues no tienen para vivir ni mantener a su familia, se ven obligados a buscar otro trabajo, de electricista, de carpintero, barriendo las calles o se van del país.
Puntualizó Ugalde que hay más de 200 mil educadores que han abandonado el sistema educativo, “eso es una tragedia nacional, que no acabamos de ver la gravedad del asunto y eso está llevando a que no hayan escuelas o que dos profesores entretengan a los muchachos dos o tres días a la semana, eso lo paga el país si no tenemos una nueva generación bien formada”.

“Estamos en uno de los momentos más oscuros y lo que preocupa es que pareciera que no hay conciencia en las personas que pueden tomar decisiones y el tema educativo está muy descuidado, dramáticamente descuidado, y eso trae una consecuencia, el joven que está terminando el bachillerato y ve que sus educadores ganan una miseria, que con eso no pueden vivir, ¿cómo se le va decir que dedique su vida a ser educador?, y si se le ocurriera decir que si, que a pesar de eso quiere ser educador, el primero que le va decir que se dedique a otra cosa es su propia familia porque se va a morir de hambre. Hay una distorsión que debe ser alarma nacional, por lo que se está viviendo en el sistema educativo”.
La crisis educativa es una realidad que se vive en la actualidad, y los entes del gobierno se empeñan en desarrollar lo propio para desmontar una realidad que, tarde o temprano, se acentuará más de lo que hoy está, si no se toman las políticas pertinentes para sacar a flote un sistema educativo cada vez más deteriorado. (Fotos: Jorge Luis Sulbarán Algara)






