HOMILIA REENCUENTRO DE LA PROMOCIÓN “JUAN PABLO II” DEL LICEO EJIDO

HOMILIA REENCUENTRO DE LA PROMOCIÓN “JUAN PABLO II” DEL LICEO EJIDO.

Saludo fraternalmente a los directivos, docentes activos y jubilados del “Liceo Ejido”, a todos los integrantes de la promoción 1985 de bachilleres en Ciencias y Humanidades del Liceo Ejido, honor a Juan Pablo II.  Saludo a los que nos siguen a distancia a través de los medios de comunicación y de las redes social.

Ha llegado la hora tan esperada, después de varios intentos para convocar un reencuentro, el momento ha llegado y por eso venimos a este recinto Sagrado para darle gracias a Dios, por el don de la Vida, por la amistad, y para homenajear a todos los que hicieron posible que hoy seamos lo que llegamos a ser.

La memoria parece no ser capaz de guardar en ella cada momento. La angustia del olvido nos hace atrapar instantes de tiempo en palabras o imágenes. Nuestro deseo constante de retener en la mente lo que parece desdibujarse cuando pasa el tiempo siempre está presente y tal vez todo sea porque el recuerdo puede hacer que en el presente una sonrisa se dibuje en nuestro rostro, que una lágrima invada nuestros ojos y recorra nuestras mejillas, que la emoción nos estremezca nuevamente, y finalmente que vibre la conciencia de nuestra historia. Así, aunque vivimos atrapados en un momento, no somos simplemente el ahora. Somos tiempo, somos obra, somos una colección de sucesos que no nos permite ignorar lo pasado…; así hoy, ante esa voz que resuena en nuestra mente recordándonos una etapa trascendental de la vida, la del Liceo, respondemos diciendo lo importante que fue y el significado que tuvo.

Formamos parte de una historia vivida en el Liceo Ejido, que se ha convertido en muchas historias a lo largo de estos 38 años en cada uno de nosotros.  Nuestra vida de liceístas estuvo marcada además por muchos factores que enriquecieron nuestro ser y que nos convirtieron en personas soñadoras y exitosas.

Como olvidar que en el año 1985 fuimos testigos de la visita a la ciudad de Mérida, de uno de los personajes más influyentes del siglo pasado, el Papa Juan Pablo II, cuyo peregrinar por el mundo marcó a toda una generación, a la que nosotros pertenecemos.  Fue por ese motivo, que se solicitó al Arzobispado de Mérida el permiso para que nuestra promoción llevara el nombre de Juan Pablo II, y no sólo que fue aceptada, sino que la misa de la promoción fue presidida por Mons. Miguel Antonio Salas, arzobispo de Mérida.  En la actualidad, Juan Pablo II es santo, y Mons. Salas es Siervo de Dios y está en camino a su canonización. Nos encomendamos a ellos.

Como olvidar que vivimos en el Liceo Ejido parte de la mejor década del Siglo pasado, la “década de los ochenta”.  Como olvidar la mejor música en todos sus géneros, los clásicos del séptimo arte, las telenovelas, las series de televisión que nos hacían reír y soñar.  Como olvidar los matineés, las guerras de minitecas, las idas al cine, los paseos a ríos y quebradas.  En pocas palabras, pertenecemos a una generación privilegiada. Pero no todo fue diversión.

Como olvidar nuestros profesores, por las aulas del Liceo Ejido, pasaron profesionales de la docencia que nos transmitieron lo mejor de su ciencia y conocimiento, profesores que se convirtieron en amigos que nos orientaban, a quienes les agradecemos parte de lo que somos.

Como olvidar los grupos de estudio y de tertulias, donde nos reuníamos para estudiar física, matemática, química, inglés y, además, donde compartíamos y soñábamos lo que queríamos ser. 

Sin temor a equivocarme, creo que la vida de liceísta fue la mejor etapa de nuestra vida como estudiantes, donde hicimos amigos, donde aprendimos a ser humanos y cercanos con el otro, donde encontramos personas que se preocuparon por inculcarnos valores y principios, que nos enseñaron a vivir.

Recordar es vivir, y hoy es uno de esos días en los que el recuerdo nos va a permitir proyectarnos en el camino que tenemos que seguir recorriendo, con la alegría del saber que no estamos solos, que somos parte de una historia familiar, y que aún hay mucho por dar en el ejercicio de nuestras profesiones.

Hagamos memoria de todos los familiares, profesores, compañeros de sección, que a lo largo de estos 38 años han fallecido.  Formaron parte de nuestra vida y nunca los olvidaremos.  Esta celebración también es para ellos, porque pedimos al Dios de la Vida que les conceda participar en la plenitud de la vida junto a él.

Este es un día donde está prohibido pasarla mal. Celebremos y demos gracias a Dios por haber llegado a esta etapa tan hermosa de nuestras vidas, y que, a partir de hoy, la amistad y la camaradería se acreciente entre nosotros, para que nos proyectemos hacia el gran reencuentro que Dios mediante celebraremos en el año 2025, cuando estaremos arribando a los 40 años de nuestra promoción.

Estamos eternamente agradecidos con la institución que durante cinco años fue nuestra segunda casa, como lo es y seguirá siendo el Liceo Ejido.

Gracias por aceptar la invitación, por estar junto a nosotros en el cumplimiento de este sueño que hoy se hace realidad, y esperamos que se convierta en uno de los mejores días de nuestra vida.  A seguir viviendo y a seguir soñando.

+ Juan de Dios Peña Rojas

OBISPO DE LA DIÓCESIS DE EL VIGÍA-SAN CARLOS DEL ZULIA

INTEGRANTE DE LA X PROMOCIÓN DE 1985 DEL LICEO EJIDO

Ejido, 4 de noviembre de 2023