Giovanni Cegarra . CNP. 2229
Nada fácil se la tienen hoy, por una u otra circunstancia de su calidad de vida, quienes habitan sectores residenciales aledaños a zonas de alto riesgo y vulnerabilidad, en las cercanías de caños, quebradas, ríos, han sufrido los embates de la madre naturaleza por efectos de las fuertes lluvias generadas por la onda tropical que circunda nuestro ancho territorio nacional y de la que por supuesto, no se ha escapado nuestra entidad andina.
Muchas familias han quedado a la intemperie, acusando pérdidas totales y parciales de sus viviendas, pérdidas de seres queridos y amigos, la solidaridad venezolana ante la inesperada tragedia y emergencia, no se ha hecho esperar, en apoyo de las familias que hoy dependen de ello, de la acción del gobierno nacional y regional, una solidaridad que no debe tomar tinte político, como ya algunos por ahí, insensatos e inconscientes, pretenden hacerlo, a costa del dolor humano.
La temporada de lluvia en todo el territorio nacional y por ende, en nuestro estado, se recrudece por el coletazo de la onda tropical 45, el conglomerado debe estar atento y en resguardo, no movilizarse innecesariamente, mantener calma y cordura, seguir las instrucciones y recomendaciones que tengan a bien impartir los de Protección Civil, se entiende el grado de nerviosismo colectivo que generan los aguaceros que caen sobre la ciudad e interior de la entidad con sus efectos colaterales pero es imperante la precaución para evitar males mayores.
Y a esos, politiqueros de pacotilla, dirían mis ancestros “mal parado y sin buen oficio” no usar la tragedia, dolor familiar, emergencia que sufren en estos momentos quienes se han visto afectados por las lluvias, para hacerse de un protagonismo que no tienen ni se lo han sabido ganar a lo largo de su nefasta trayectoria política, que deja mucho que decir, porque en estos días difíciles para muchos, sin distingo de clase y posición, la solidaridad no debe manchada de tinte político y punto.