Al filo de la Verdad: Precios no saludables

Por: Giovanni Cegarra. CNP. 2229

Una realidad que está a la vista de todos e innegable, es el extremo desequilibrio económico que afrontan y confrontan los habitantes de este país y por supuesto, de la que no se escapan los merideños y los que no lo son, ante el recrudecimiento de una crisis socio económica alimentaria, que no puede taparse con un dedo, generada por el elevado costo de la vida, que ha cambiado hasta el modo de caminar de todos,  sin poder adquisitivo que permita, al menos, adquirir lo necesario para mantener un cuadro familiar, lo que hoy día, prácticamente resulta casi imposible.

Verdad, sin pretender ser dueño de ella, que es super patética, en esta ciudad capital del municipio Libertador del estado homónimo, que de lógica, también se percibe en el resto del país, ante los precios y costos no saludables, a lo que se enfrenta cada hora, día, una cabeza de familia, cuando acude a cualquier centro de abastecimiento, en procura de adquirir productos para alimentar a su familia o a una farmacia en búsqueda de medicamento e igual, cuando recibe el cobro mensual por un servicio ineficiente de agua, luz, gas, recolección de desechos sólidos, etc. etc. etc.

Los efectos de estar sumidos en una economía dolarizada, saca de quicio al más pintado, no se salva nadie, de tener que pagar todo en precios no saludables y expreso no saludables, porque en honor a la verdad,  cualquiera se enfrenta a sufrir un infarto, una dolencia física, cuando escoge un producto alimenticio en un abasto, bodega, supermercado; intenta adquirir un medicamento prescrito, va a consulta médica; un turista, visitante, viajero, se aloja en una posada u hotel, entra en una fuente de soda, restaurant y cuando va a cancelar el importe del mediano servicio recibido, se lo cobran al precio de dólar paralelo, sin esperanza que lo cobren por el fijado en el BCV/BDV, pues tampoco es mucho la diferencia.   

El descontrol de precios, domina todo, incontrolable por los entes oficiales que deberían controlarlos, los venezolanos, los merideños, sin distingos de clase y posición, están ahogados por los precios de todo, sin poder adquisitivo, desequilibrados los presupuestos familiares, ínfimos salarios que no dan para nada, enfrentados a precios no saludables y sin exagerar, la realidad está a la vista de todos, en pleno camino de una crisis socio económica alimentaria existencial que ya marca historia en este estado y por ende, en Venezuela.