Al Filo de La Verdad: Bachaqueo sin límite

Giovanni Cegarra: CNP. 2229

En puertas de la venidera llamada temporada turística que para Mérida, capital del municipio Libertador y del estado homónimo de la región andina venezolana, representa la Feria del Sol en su LIIª edición, el Carnaval Taurino de América, sin pecar de pesimistas, las cosas no se ven muy halagadoras que digamos, con lo del tema de la pésima prestación de los servicios públicos y de manera por demás super especial, lo concerniente al suministro de gasolina, para los conductores propios y extraños.

Resulta todo un denigrante espectáculo, observar día y noche, las inmensas colas que se forman en las estaciones de servicio donde supuestamente han de surtir, el ya codiciado combustible, que no todos logran en buena ley; entra entonces, en plena vigencia, el fenómeno laboral socioeconómico de características delictivas que todos conocemos coloquialmente como bachaqueo, que es sin límite, práctica que data desde años atrás.

Llama la atención, esto del bachaqueo sin límite de gasolina, lo fácil que resulta conseguir el preciado combustible, de esta forma ilícita, que lograrlo en la estación de servicio que debería surtirla con toda normalidad. Testigo fiel he sido de cómo conductores lugareños como foráneos, logran el combustible bachaqueado, a precios que oscilan entre 1.5 a 2 dólares por litro, en cantidades suficientemente para llenar el tanque del vehículo y cabe preguntar ¿cómo así, en las estaciones de servicio no hay gasolina suficiente para llenar el tanque del vehículo, pero bachaqueada si es fácil conseguirla?.

Conclusiones surgen como arroz picado, interrogantes como arroz picado, impera en Mérida, el bachaqueo sin límite de gasolina, todo un gran negocio particular de ribetes ilícitos y que cosas no, como lo será, de cara a la venidera temporada turística ferial, habida cuenta de que contar con un eficiente suministro del preciado combustible en todas las estaciones de servicio, es soñar que se está en la Isla de la Fantasía y las autoridades competentes, ni pío chistan, a más ver y punto en boca.