Por: Giovanni Cegarra CNP. 2229
Con lo del tema de la extrema deficiencia que viene padeciendo Mérida, capital del municipio Libertador del Estado Mérida, en lo que se corresponde a la prestación de los servicios públicos básicos, definitivamente los habitantes de esta urbe andina venezolana, al igual que los de algunas localidades del interior de la entidad federal, estamos acorralados y sin respuesta alguna.
En Mérida, la queja es super generalizada, la penuria empeora más y más, no hay respuesta eficaz por parte de los entes públicos involucrados en una solución inmediata, toda una clara realidad, en medio de una economía super dolarizada, que eleva sin control alguno, los costos de cualquier artículo sea de primera necesidad como de otra especie, están elevadísimos y en verdad, que los merideños y los que no lo son, están trancados, encerrados, acorralados, sin una respuesta que vislumbre soluciones a las vicisitudes que pasan todos los días.
Acorralados y sin respuesta alguna, mentiras no son. Cuando no es una cosa es otra. Que la falla constantes del servicio de agua potable, que si la energía eléctrica, que si el servicio de telefonía fija e internet, que la inseguridad en calles y avenidas, que si la especulación en todo, sin olvidar el tema del suministro del gas y de la gasolina, que saca de quicio al más pintado y tranquilo, habida cuenta que no a todas las estaciones de servicio existentes en la ciudad, les llega el codiciado combustible, que de remate, si es fácil conseguirlo bachaqueado.
En puertas, la tradicional Feria del Sol/Carnaval Taurino de América, evento que impulsa la economía regional pero en estas condiciones será valedera. Realmente ¿qué pasa con Mérida?, este acorralamiento ya es inaguantable, sus habitantes quieren soluciones ya, prontas y precisas, sean mejorados, entre otros, sus elementales servicios públicos básicos, la seguridad pública, de tal manera que la ciudad retome su convivencia ciudadana, ya perdida por las razones consabidas y punto en boca.